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Alerta Prensa Escrita - Chileclipping Apps

Titulo: Cambalache

Fecha: 04-03-2020

Medio: Diario Financiero

Seccion: La Columna de....

Pagina: 12

Tamano: 16 x 20 Cms.

Valor Pub. Estimado: $ 4112000.-

CONTENIDO Cambalache Escrito en 1934 por Enrique Santos Disc�polo, ''Cambalache'' es uno de los tangos m�s famosos. Compuesto durante la denominada ''D�cada Infame'' de Argentina, refleja en mayor o menor medida la historia que ha interpretado al pa�s vecino en tiempos posteriores. ''Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador. �Todo es igual! �Nada es mejor!'', dice la canci�n. Pensar que todo da lo mismo no es la manera en que queremos convivir como sociedad. Estando ad portas de un plebiscito que puede marcar el inicio de un prolongado proceso de negociaci�n pol�tica, parece interesante refrasear este famoso tango, que seguramente muchos han escuchado. Que no ocurra el ''atropello a la raz�n'' del que habla Santos Disc�polo. Por ejemplo, qu� relevante para conducir adecuadamente las expectativas es que se realice un ajuste constitucional en su m�rito, y se entienda que no existe ninguna modernizaci�n a la Carta Fundamental que pueda llevar a que ''es lo mismo el que labura d�a y noche como un buey que el que vive de los otros''. Reconocer lo que se ha construido durante estas d�cadas es tan importante como el proyecto de pa�s que se quiere para las pr�ximas. Solo en la medida que la polarizaci�n disminuya de la mano de la clase pol�tica y las instituciones del Estado ser� posible que no ocurra un cambalache donde se confunda lo bueno con lo malo, movilizaciones con violencia, o derechos humanos con orden p�blico. A nivel internacional, una gran cantidad de pa�ses ha cambiado sus constituciones en las �ltimas d�cadas: se han realizado casi 240 procesos constituyentes en el mundo desde 1947. La mayor�a de las constituciones mueren j�venes y s�lo un pu�ado ha durado m�s de 50 a�os. De hecho, la esperanza de vida de una Constituci�n es de 19 a�os. Para cualquier sociedad es un enorme desaf�o poder impulsar procesos que permitan elaborar nuevas constituciones, tanto en t�rminos jur�dicos como pol�ticos y sociales. Si bien una gran mayor�a de las reformas constitucionales han sido antecedidas por tiempos de protestas y movilizaciones, el alto grado de violencia que ha precedido el chileno es probablemente �nico. Por lo mismo, tambi�n levanta interrogantes respecto de la capacidad de conducci�n pac�fica y ordenada de cualquiera de los resultados del pr�ximo plebiscito. Ser�a ingenuo pensar que los asuntos constitucionales no importan para la econom�a, pues estos documentos promueven la estabilidad, accountability y credibilidad, elementos cuyo grado de intensidad es relevante para el ambiente de negocios. No es un cambalache una u otra Constituci�n para la definici�n de aspectos tanto ciudadanos como institucionales que determinen en muchos casos el �xito o fracaso. La interacci�n y retroalimentaci�n din�mica entre Constituci�n y resultados econ�micos ha sido menos estudiada que los procesos constitucionales en s� mismos, pero sabemos que existe. Es posible pensar que una Carta Fundamental puede influenciar la situaci�n fiscal al definir si el pa�s tendr� un sistema presidencial o uno parlamentario, una discusi�n que tom� fuerza en Europa hace unos a�os. La corrupci�n tambi�n puede variar dependiendo de definiciones electorales. Un sistema electoral mixto o proporcional tambi�n deber�a tener efectos econ�micos, pero no tenemos total claridad de la magnitud. Resulta importante movernos sin la soberbia que acompa�a la creencia de la posesi�n de la verdad en este proceso constitucional, dado que sabemos que no es un cambalache. Que me perdone Santos Dic�polo, pero no todo es igual y s� parece haber algo mejor.

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